El joven Liu se doctoró en 2012 en Singapur. Posteriormente comenzó a trabajar en Estados Unidos y acabó como investigador del laboratorio de Pittsburg, donde estaba investigando sobre el coronavirus.
El investigador se ha mostrado sorprendido por la muerte de su compañero y ha llamado a investigar el caso, pero en ningún caso se apunta a que la tragedia tenga relación directa con la investigación sobre el COVID-19.
A pesar de que la muerte del investigador aún se está estudiando, la Policía de Ross ha destacado que presumiblemente Liu fue disparado por otro hombre, con el que tenía una relación personal, Hao Gu. El presunto asesino, de 46 años, habría discutido con el investigador y, tras dispararle, se habría suicidado a 100 metros del domicilio donde se cometieron los hechos.
Según el comunicado de la Policía, la puerta de la casa no había sido forzada y no se había cometido ningún robo en su interior. Además, los agentes han descartado que el móvil del asesinato fuera el origen asiático del fallecido.
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